El proceso de profesionalización de la tropa y marinería en España se inició en el año 1996, entrando nuestro país en el siglo XXI con un ejército totalmente profesionalizado tras el fin definitivo del Servicio Militar Obligatorio.
Con la Ley de Tropa y Marinería aprobada el 24 de abril de 2006, los soldados y marineros pueden mantener una prolongada relación con las Fuerzas Armadas (FAS) y desarrollar su carrera profesional.

En la actualidad, España dispone de un ejército moderno, altamente profesionalizado y con un importante nivel de integración de la mujer: más de 16.000 mujeres forman parte de nuestras FAS, superando en un punto a la media de los países de la OTAN.
Todos los años tienen lugar las convocatorias para ingresar en los Ejércitos y en la Armada y llegar a ser de este modo soldado o marinero profesional. Los militares de tropa y marinería constituimos la base de las FAS y en principio nuestra relación con estas es temporal, pudiendo llegar a permanente al cumplirse determinados requisitos.
El compromiso inicial es de 2 o 3 años en función de la convocatoria y se puede ir renovando hasta un máximo de 6 años. Una vez que se cumplen 5 años de servicio, se puede suscribir un compromiso de larga duración, que se puede prolongar hasta los 45 años.

Durante nuestro servicio en los Ejércitos o la Armada podremos desarrollar una carrera militar y ascender a cabo, cabo primero y cabo mayor. A los soldados y marineros con más de un año de servicio se nos facilita la promoción interna, al reservarse para nosotros al menos el 80 por ciento de las plazas para acceder a la Escala de Suboficiales, y un porcentaje que se determina cada año para la Escala de Oficiales.
Además, cuando llevamos cumplidos 14 años de servicio como tropa o marinería y tras superar el correspondiente proceso selectivo, podemos aspirar a la condición de permanente. En este proceso selectivo se nos valorarán los méritos acumulados durante nuestra vida militar, además de realizarse prueba de aptitudes y pruebas físicas.

Durante nuestros años de permanencia en los Ejércitos y la Armada se nos facilita la obtención de titulaciones y acreditaciones del sistema educativo general, en especial el correspondiente a la formación de grado medio en diferentes áreas. Durante la vigencia del compromiso tenemos también la posibilidad de cambiar de especialidad de acuerdo a los conocimientos y titulaciones que hayamos obtenido.
En el caso de finalizar nuestra vinculación con las FAS, disponemos de un amplio abanico de salidas laborales y medidas socioeconómicas de apoyo que tienen en cuenta los años de servicio dedicados a las FAS. Además, el tiempo de servicio prestado puntúa como mérito para el acceso a las Administraciones Públicas y también disfrutamos de una reserva de plazas en las convocatorias para personal laboral del Ministerio de Defensa, para la Guardia Civil, Policía Nacional y algunas Policías Autonómicas o Locales.
Y en el caso de que esta vinculación finalice a los 45 años tras más de 18 años de servicio, podemos adquirir la condición de reservista de especial disponibilidad, percibiendo una asignación económica mensual hasta los 65 años, independiente de que tengamos otra actividad profesional en el ámbito privado.

En definitiva, hacerte soldado o marinero es un magnífico proyecto personal y profesional. Solo hay que estar bien atentos a la convocatoria (que además está a punto de salir).
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